Hoy os informamos que el Sevilla gano la cuarta Europa League con su victoria ante el Dnipro:
El Sevilla se ha proclamado 'rey de los siete reinos' de la Europa League con su victoria indiscutible ante el Dnipro en la final de Varsovia (2-3). Los andaluces hacen historia y se convierten en el equipo más laureado de la competición con su cuarto trofeo, segundo consecutivo, como ya hiciera en 2006 y 2007 en la antigua Copa de la UEFA.
La conquista de Varsovia tiene un doble premio y el Sevilla jugará la Champions League la temporada que viene, sin pasar por la fase previa. Gran culpa del éxito andaluz en el Estadio Nacional ha sido del colombiano Carlos Bacca, autor de dos de los tres goles de los hispalenses ante los ucranianos. A pesar de su gran noche, el premio al mejor jugador de la final fue para Éver Banega.
La conquista de Varsovia tiene un doble premio y el Sevilla jugará la Champions League la temporada que viene, sin pasar por la fase previa. Gran culpa del éxito andaluz en el Estadio Nacional ha sido del colombiano Carlos Bacca, autor de dos de los tres goles de los hispalenses ante los ucranianos. A pesar de su gran noche, el premio al mejor jugador de la final fue para Éver Banega.
El Dnipro se puso por delante por medio de Kalinic nada más arrancar el partido. Se repuso el Sevilla con el empate de Krychowiak, el único polaco de la final y recobró la delantera en el marcador por medio de Bacca. Antes del descanso, Rotan devolvió las tablas con un lanzamiento de libre directo, un golazo. A falta de 17 minutos para llegar al final de los 90 reglamentarios volvió a aparecer el ariete 'cafetero' para amarrar la cuarta Europa League de los sevillistas.
El tetracampeón de la Europa League comenzó la final imponiendo un ritmo alto y buscando la recuperación de la pelota en el campo del Dnipro, agazapado, esperando un error que les permitiese una buena contra.
Bacca mandó el primer aviso sevillista a los dos minutos, con un tiro mal golpeado con la tibia que se marchó muy desviado de la meta de Boyko. A los ucranianos se les veía cómodos sin el balón.
La polémica llegó pronto, cuando a los cinco minutos José Antonio Reyes fue derribado dentro del área tras una gran internada, pero el colegiado británico de la final, Martin Atkinson, no vio nada ilegal.
Cuando todavía se estaban lamentando los hispalenses del penalti no pitado, llegó el inesperado tanto del Dnipro. Una contra bien montada y perfilada por Kalinic acabó con el primer gol en contra del Sevilla.
El delantero se inventó un pase de primeras para Matheus, que le devolvió el balón en forma de pase magistral al punto de penalti. La indecisión inicial en la marca de Carriço permitió a Kalinic el remate al fondo de la red con la testa. (1-0, minuto 7)
El Sevilla recibió un castigo inesperado, pero Emery pidió desde el banquillo calma a los suyos y, sobre todo, cabeza. La maquinaria de Nervión se calentó y realizó una gran media hora de juego en la que asfixiaron a los ucranianos.
Las recuperaciones en el campo rival, el trabajo de M'Bia y Krychowiak en el medio y la magia de Reyes empezaron a poner contra las cuerdas al Dnipro de Myron Markevich.
Las ocasiones empezaron a inundar la meta defendida por Boyko, hasta que apareció el único polaco de la final de Varsovia para devolver las tablas al choque. Krychowiak logró hacerse con un balón dividido dentro del área ucraniana y se las apañó para encontrar el hueco y sacar el tiro raso que valió el 1-1, minuto 28.
El Sevilla no se conformó con el empate y siguió buscando la portería rival. Tres minutos más tarde, Bacca afinó su puntería para poner por delante al campeón de la competición. (1-2, minuto 31)
La definición del colombiano, regateando al meta ucraniano y definiendo con sangre fría, hizo honor al pase mágico que se sacó de la chistera Reyes. El extremo sevillano recogió la bola en el centro del campo y la coló entre los dos centrales para dejar a su compañero en posición clara de gol.
Después del 1-2 los andaluces levantaron el pedal del acelerador y el Dnipro empezó a tomar las riendas de la final, tratando de tú a tú al equipo que hasta ese momento había cortado la pana.
La intención de Emery era llegar al descanso por delante en el marcador y desde el banquillo pedía más intensidad y cabeza a los suyos. A pesar de los avisos, el Sevilla no pudo evitar el empate de los ucranianos con un golazo de libre directo de Rotan, ejecutado desde la frontal izquierda del área. (2-2, minuto 43)
El regreso de los vestuarios devolvió a un Dnipro con ganas de arrebatar el título al campeón. Su hombre más peligroso, el talentoso Konoplyanka, empezó a tomar las riendas del equipo, para perjuicio de los andaluces.
A pesar de que tampoco generaban ocasiones realmente claras, el Sevilla se estaba viendo superado por momentos por el trabajo ucraniano. Emery decidió hacer el primer retoque al equipo y sacó del campo a Reyes, venido a menos en la segunda parte, y sacó a Coke para ocupar el lateral derecho de Aleix Vidal, que se vio obligado a adelantar su posición.
El trabajo de M'Bia en el centro del campo se volvió clave. El jugador de Camerún estaba en todas las peleas y luchando todos los balones aéreos cerca de la meta rival.
El minuto de oro de la final de Varsovia llegó en el 73, cuando Bacca recogió dentro del área un gran pase de Vitolo en profundidad para cruzar su disparo al palo largo del cancerbero, que nada pudo hacer para evitar el 2-3 definitivo.
El Sevilla estaba a tan solo 17 minutos de revalidar la corona europea y convertirse en el mejor clube de la historia de la competición, con el que iba a ser su cuarto título.
La celebración casi se ve truncada en el minuto 87, cuando el jugador brasileño del Dnipro Matheus cayó desplomado sin aparente motivo en el centro del campo. Las asistencias médicas se apresuraron a entrar al césped en medio del silencio sepulcral que se hizo en el Estadio Nacional de Varsovia.
Malos recuerdos vinieron a la mente de toda la familia Sevillista. Finalmente, el jugador salió en camilla y recuperó la consciencia. El motivo del desmayo vino provocado por un choque, cabeza con cabeza, en una jugada anterior en una pugna con Trémoulinas.
El colegiado decidió descontar cuatro minutos a la final, el tiempo que le quedaba al Dnipro tras el susto para intentar forzar la prórroga. El Sevilla supo mantener la compostura y amarró su segunda Europa League consecutiva, cuarta de su historia.
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